Zumo, fruta, mermelada, mantequilla...
huevos, cereales, café, leche
bollitos, pan, embutidos...
Algunas películas americanas empiezan con la imagen de una gran casa en pleno campo, bajo un cielo gris.
Un primer plano nos muestra a la familia que habita la casa; una pareja de adultos y dos niños que están desayunando sentados delante de una mesa situada en el interior de una cocina enorme. De siempre me ha encantado esa escena...
Suena la radio con la voz de un hombre que, de manera monótona, da las noticias del día. Anuncia que se avecina una catástrofe de dimensiones colosales. La familia americana (como si eso pasara todos los días) no tarda en reaccionar ni dos segundos. Todos cargan rápidamente en su vieja furgoneta algunas pertenencias y se disponen a emprender un largo viaje hacia un destino más seguro. Con las prisas ni siquiera cierran la puerta de la casa ¿Para qué?.. Es una película, y si el guionista no tiene previsto que vayan a robarles no pasa nada. Cosas del cine...
Encima de la mesa ha quedado la leche, los cereales, las tortitas recién hechas con el sirope de arce, el zumo de naranja y la mantequilla de cacahuetes, ¡Qué afición le tienen estos americanos a la manteca de cacahuete por Dios!.. Menos mal que la madre ha tenido la precaución de llevarse con ella un montón de sadwiches para el camino, ¡Faltaría más!.. El desayuno es sagrado, o al menos eso es lo que dicen muchos dietistas a los que hay que procurar hacer caso.
En casa solemos hacer "el desayuno de los domingos". Es decir, el que se toma sin prisas. Personalmente también prefiero levantarme pronto los días de fiesta. Mientras pienso en como voy a organizar el día, preparo la cafetera y caliento la leche, para toda la familia. Si no hay prisa no utilizo el microondas, vierto la leche en un cazo y la caliento en el fuego. Me gusta el sabor qué tiene cuando llega a punto de ebullición... Son manías, ya lo sé, pero probad, probad... Y ya me contaréis.
Rebusco en la nevera. Por lo general preparo huevos fritos, pasados por agua, o revueltos, pero algo caliente casi seguro. Pongo embutidos, mermelada y mantequilla y algún zumo industrial. Aunque en invierno también suelo hacer zumo de naranja natural, por suerte tenemos en casa dos naranjos que dan muy buena cosecha.
En mi opinión el desayuno es la mejor comida del día. Me temo que nuestros horarios muchas veces son incompatibles con alimentarse bien.
Si no se le da importancia a la primera comida del día, se llega a las 13 o 14 h con ganas de comer tres platos y repetir. Para mi que de ahí nos viene la costumbre de la siesta, cosa que muy pocas personas consiguen llevar a cabo si hay que volver al trabajo. Menos mal que el café es un buen aliado para estas cosas...
En España, los niños suelen merendar entre las 16.30 y 17.30 aproximadamente, dependiendo del horario escolar que tengan, y luego suelen cenar sobre las 21h. en algunos casos mucho más tarde.
A esa hora los niños están cansados, la jornada es demasiado larga para ellos, y no digamos para los padres.
Se oye hablar de la baja productividad laboral con mucha frecuencia, y qué ésta va ligada a algunos factores externos. No me extrañaría nada que entre ellos se encuentre el de nuestros horarios imposibles.
Así qué, además, también habría que reivindicar un cambio de horarios general. Quizá de ese modo no nos levantaremos por la mañana con sueño o estresados. Nos dará tiempo a desayunar tranquilamente y con ello gozaremos de mejor salud. !Ay! Y a ser posible sin malos augurios... ¿Qué es lo qué les pasa a la emisoras de radio por la mañana, hay premio para las que dan las peores noticias?
Un primer plano nos muestra a la familia que habita la casa; una pareja de adultos y dos niños que están desayunando sentados delante de una mesa situada en el interior de una cocina enorme. De siempre me ha encantado esa escena...
Suena la radio con la voz de un hombre que, de manera monótona, da las noticias del día. Anuncia que se avecina una catástrofe de dimensiones colosales. La familia americana (como si eso pasara todos los días) no tarda en reaccionar ni dos segundos. Todos cargan rápidamente en su vieja furgoneta algunas pertenencias y se disponen a emprender un largo viaje hacia un destino más seguro. Con las prisas ni siquiera cierran la puerta de la casa ¿Para qué?.. Es una película, y si el guionista no tiene previsto que vayan a robarles no pasa nada. Cosas del cine...
Encima de la mesa ha quedado la leche, los cereales, las tortitas recién hechas con el sirope de arce, el zumo de naranja y la mantequilla de cacahuetes, ¡Qué afición le tienen estos americanos a la manteca de cacahuete por Dios!.. Menos mal que la madre ha tenido la precaución de llevarse con ella un montón de sadwiches para el camino, ¡Faltaría más!.. El desayuno es sagrado, o al menos eso es lo que dicen muchos dietistas a los que hay que procurar hacer caso.
En casa solemos hacer "el desayuno de los domingos". Es decir, el que se toma sin prisas. Personalmente también prefiero levantarme pronto los días de fiesta. Mientras pienso en como voy a organizar el día, preparo la cafetera y caliento la leche, para toda la familia. Si no hay prisa no utilizo el microondas, vierto la leche en un cazo y la caliento en el fuego. Me gusta el sabor qué tiene cuando llega a punto de ebullición... Son manías, ya lo sé, pero probad, probad... Y ya me contaréis.
Rebusco en la nevera. Por lo general preparo huevos fritos, pasados por agua, o revueltos, pero algo caliente casi seguro. Pongo embutidos, mermelada y mantequilla y algún zumo industrial. Aunque en invierno también suelo hacer zumo de naranja natural, por suerte tenemos en casa dos naranjos que dan muy buena cosecha.
En mi opinión el desayuno es la mejor comida del día. Me temo que nuestros horarios muchas veces son incompatibles con alimentarse bien.
Si no se le da importancia a la primera comida del día, se llega a las 13 o 14 h con ganas de comer tres platos y repetir. Para mi que de ahí nos viene la costumbre de la siesta, cosa que muy pocas personas consiguen llevar a cabo si hay que volver al trabajo. Menos mal que el café es un buen aliado para estas cosas...
En España, los niños suelen merendar entre las 16.30 y 17.30 aproximadamente, dependiendo del horario escolar que tengan, y luego suelen cenar sobre las 21h. en algunos casos mucho más tarde.
A esa hora los niños están cansados, la jornada es demasiado larga para ellos, y no digamos para los padres.
Se oye hablar de la baja productividad laboral con mucha frecuencia, y qué ésta va ligada a algunos factores externos. No me extrañaría nada que entre ellos se encuentre el de nuestros horarios imposibles.
Así qué, además, también habría que reivindicar un cambio de horarios general. Quizá de ese modo no nos levantaremos por la mañana con sueño o estresados. Nos dará tiempo a desayunar tranquilamente y con ello gozaremos de mejor salud. !Ay! Y a ser posible sin malos augurios... ¿Qué es lo qué les pasa a la emisoras de radio por la mañana, hay premio para las que dan las peores noticias?
Desayuno especial de Valentine´s Day, compuesto de croque-monsieur, huevo, fruta, galletas, zumo de naranja y café con leche.
Y esta maravillosa entrada ¿sin comentarios?. Eso lo arreglo yo, ahora mismo ;)
ResponderEliminarTe doy la razón en todo lo que has escrito. Yo, soy de las que madrugan todos los días. Así y todo, me levanto con tiempo para desayunar bien. No tanto como los fines de semana, claro. Pero sí, mi zumo, mis tostadas con aceite de oliva y mermelada, mi café (sin leche, que no me preguntes el por qué, pero para desayunar me sienta fatal), y ¿sabes cuando disfruto más? cuando me ha quedado un trozo de tortilla de patatas el día anterior. Ese trocito lo guardo como oro en paño para el desayuno del día siguiente.
Lo que dices de los horarios.....100% de acuerdo. Yo, trabajo de 8 a 3. De la que vengo a casa, paro a comprar el pan. Y entre que llego y termino de organizar la comida, cuando como y vuelvo a mirar el reloj son las 16:30. (Como muy despacio, todo hay que decirlo). Así que ya, ni meriendo ni nada, claro. Ceno una crema y poco más, en invierno. Y en verano, una ensalada. Así que me levanto a las 6:30 con hambre de lobo, mejor dicho, de loba, jajajaja
Soy de las que opinan que la jornada continuada tendría que ser general. Después de comer, no se rinde. Por mucho que nos quieran explicar, es así. Y más, cuando llevas muchos años trabajando. Llegas con muchas energías pero sales con unas ganas de no volver, hasta el día siguiente!!
Voy a mirar todo lo que has puesto que, con el buen tiempo, me he dedicado al jardín y ahora me encuentro un montón de buenas recetas que no he visto.
Besos y feliz domingo.
Jajaja Gracias por ese largo comentario Finuca, eres un solete.
EliminarAlguna ves sentaremos la cabeza y cambiaremos nuestros horarios, mientras tanto toca organizarse como podamos.
Un beso.