Cuando empecé a cocinar para mi fue un verdadero reto "hacer bien" los huevos fritos, la tortilla de patatas y los huevos revueltos. Más tarde entendí que si bien hay unos conceptos claros al respecto, otros quedan expuestos al gusto de cada cual.
Cada vez que desayunaba fuera de casa pedía huevos revueltos para tener una idea de la textura que éstos debían tener. Siempre me los han servido con el aspecto que tienen en la fotografía, a pesar de que en los hoteles usan huevo liofolizado, El resultado es similar con ambos, aunque el huevo fresco, en mi opinión, gana en sabor.
Los huevos revueltos se pueden preparar más o menos cuajados, pero jamás deben estar secos o tostados. Personalmente los prefiero cuajados y suaves al paladar, por eso empleo nata en su preparación.
Cada vez que desayunaba fuera de casa pedía huevos revueltos para tener una idea de la textura que éstos debían tener. Siempre me los han servido con el aspecto que tienen en la fotografía, a pesar de que en los hoteles usan huevo liofolizado, El resultado es similar con ambos, aunque el huevo fresco, en mi opinión, gana en sabor.
Los huevos revueltos se pueden preparar más o menos cuajados, pero jamás deben estar secos o tostados. Personalmente los prefiero cuajados y suaves al paladar, por eso empleo nata en su preparación.
Ingredientes para 4 personas
8 huevos L muy frescos
2 dl de nata para cocinar
Pimienta negra
Cebollino (opcional)
Sal
Cascar los huevos en un recipiente hondo. Añadir la nata y la sal. Batir con varillas lo justo, solo hasta que los ingredientes estén integrados.
Poner a calentar agua al fuego hasta que hierba. Yo lo hago en una bandeja para horno. Poner el huevo en un cazo e introducir en la bandeja al baño maría. Remover suavemente con las varillas, sin parar, hasta que empiecen a cuajar.
En este momento es cuando debéis dar al revuelto el punto que más os guste. Si queréis los huevos semi líquidos, sacar el cazo del baño maría en cuanto empiece a cuajar y sin parar de remover terminar la cocción fuera del fuego con el propio calor del cazo. Verter inmediatamente en el plato para parar la cocción.
Si lo queréis como los de la fotografía, remover hasta que veáis el huevo de los bordes del cazo cuajado del todo pero aún jugoso. Retirar el cazo del fuego y seguir removiendo hasta conseguir la misma textura en el centro. Condimentar con pimienta y cebollino al final.
Como veis se necesita rapidez y no descuidar el punto de cuajado si queremos que el revuelto quede jugoso. Probad y ya veréis que es muy sencillo de hacer.
Con experiencia se puede usar una sartén refractaria para hacerlos, aunque entonces hay cocinarlos siempre a fuego muy suave y remover con espátula.