No necesito muchas excusas para cocinar con hortalizas, pero ahora que estamos en temporada vale la pena aprovechar porque tienen mejor sabor y también mejor precio. Por cierto, espero que el precio vaya a la baja, porque a principios de año no se podían ni tocar. Es increíble que pasen estas cosas en un país, como el nuestro, productor de hortalizas hasta aburrir. Si se sabe que en época invernal las temperaturas de algunas regiones pueden dejar sin abastecimiento a la población, pues inviertan en invernaderos señores productores. ¡No he visto país más poco previsor por Dios!.. En fin, que me pone de los nervios tanta improvisación y tan poca profesionalidad.
El hecho de que ande probando masas para cocas se debe un poco a eso mismo, a que me gusta tener las cosas previstas de antemano. La de hoy está hecha sin levadura. La diferencia con la masa que os enseñé ayer, y que podéis ver aquí, estriba en que esta es más crujiente y la del enlace, aunque también lo es, tiene el interior hojaldrado.
Teniendo como base una textura crujiente lo ideal es hacer un relleno con hortalizas para que aporten jugosidad a la coca. No es aconsejable poner mucha cantidad, porque entonces se humedecería demasiado. Aunque hay un truco para evitarlo en gran medida, que os contaré más abajo. De hecho, todas las cocas que he comido en distintos municipios de Lérida y Tarragona no llevaban demasiado relleno. Sin ir muy lejos, "la coca de cebolla" solo lleva una capa de cebolla tierna, aceite de oliva, y algunas veces pimentón. Recién hecha no se puede parar de comer...
Ingredientes para la masa
250 g de harina de trigo
70 ml de leche
50 ml de aceite de oliva
60 ml de cerveza
1 pizca de sal
Ingredientes para el relleno
1 cebolla tierna grande
1 pimiento rojo grande
Anchoas
Pimentón de la Vera
Hojas de tomillo fresco
Aceite para pincelar la coca
Me hubiera gustado poner las cantidades menos "complicadas" de medir pero en esta ocasión no ha podido ser. Ya sabéis que para hacer masa los ingredientes tienen que estar muy equilibrados. Pesar con cuidado y con la mayor precisión posible y la masa saldrá bien a la primera. Otra cosa es que os guste su textura. En el proceso de amasado hay una parte de improvisación que solo se adquiere a base de experiencia. Cosas como saber de antemano si hay que trabajar con agua fría o tibia, Cuando una masa se tiene que volver a trabajar después del primer levado, o lo que influye en el amasado la temperatura de la cocina, se aprende a base de mucha práctica.
Precalentar el horno a 200º
Asar el pimiento y la cebolla partida por la mitad. Retirar la piel y las semillas al pimiento. Poner la pulpa a escurrir en un colador.
Cortar la cebolla a gajos. Condimentar con sal y una cucharadita de pimentón. Añadir aceite de oliva. Remover para que se mezclen los sabores. Con el aceite perfumado de cebolla y pimentón, pincelaremos la coca.
La masa.-
Hoy no vamos a hacer el clásico volcán, sino que vamos a mezclar la cerveza, el aceite, la leche y la sal primero. Añadir la harina. Remover con una espátula.
Cuando el líquido se haya integrado, poner un poco de harina sobre la encimera de la cocina. Volcar la masa en ella y trabajar con las manos hasta que esté suave y fina.
Estará en su punto cuando al estirar se forman agujeros.
Recomendación.-
No tiene por qué pasar, pero si se os pegara a las manos, espolvorear sobre la masa un poco más de harina. Si por el contrario notáis que la masa está seca, añadir un poquito más de cerveza.
Dejar que repose diez minutos tapada con un trapo de cocina húmedo.
Precalentar el horno a 170º (arriba y abajo)
Estirar la masa con un rodillo de cocina impregnado de harina. Yo lo suelo hacer sobre el papel de hornear. El grosor ideal es de 2 milímetros. Antes de estirar se puede dividir en dos mitades o en varias, para poder hacer mini cocas individuales.
Una vez tengáis la forma hecha, podéis doblar los extremos o dejarlos tal cual. Pinchar toda la superficie y pincelar con el aceite de pimentón.
Precocinar durante quince minutos en la parte media del horno.
Retirar del interior del horno. Volver a pintar la base con una buena capa de aceite de pimentón y rellenar.
Como os he dicho anteriormente, es mejor no llenar demasiado la coca para facilitar el horneado de la misma y evitar la humedad excesiva. A veces quedan crudas por encima porque el relleno no deja pasar el calor.
La segunda cocción también la haremos a 170º, pero está vez pondremos la bandeja del horno en la primera balda de abajo, casi tocando a la base del horno.
El tiempo de horneado es algo superior a otras masas porque se cuece a menor temperatura. Oscila entre los 45 y 55 minutos largos contando el precocinado.
Para terminar, condimentar con tomillo fresco, le da un sabor delicioso.
En casa ha gustado por lo crujiente que queda, personalmente prefiero la masa hojaldrada.
La próxima con manteca, ya os contaré...
La próxima con manteca, ya os contaré...
Las dos me gustan mucho, es posible que en mi casa sean de masa más gordita por la anterior, pero vamos que me quedo con las dos. Yo tengo la manía de rellenarlas demasiado, dándole más protagonismo a lo que le pongo encima que a la masa (gran error!!) aprenderé sisisisisi.
ResponderEliminarBesitos y guardo recetas para mejor ocasión.