Pollo con butifarra y manteca de cerdo

   

Una pequeña introducción a la manteca de cerdo: Como su nombre indica, es de origen animal. Presenta un aspecto sólido, a temperatura ambiente. Con las altas temperaturas y la mala manipulación se puede volver rancia por lo que es conveniente utilizar un utensilio limpio para sacarla de su envase y guardarla siempre en el frigorífico. Suele utilizarse para asar, o rustir carnes, como la parte grasa en algunas masas, en la elaboración de conservas cárnicas o formando parte del relleno de algunos embutidos.

Me gusta utilizar manteca en mis guisos de cazuela o de horno porque con ella consigo un sabor insuperable. ¿La habéis probado en el cordero al horno? Os la recomiendo porque además le da un color dorado precioso.

Ingredientes para 6/8 personas

Muslitos de pollo (2 por persona)

3 butifarras de 150 g cada una 

1 bolsa pequeña de cebollas francesas (Variedad dulce)

2 cebollas para la salsa (300 g)

1 paquete de tomates cherry (200 g) de tamaño grande

½ cabeza de ajos

1 ramito de hierbas (Tomillo, 1 vara de canela en rama, 2 hojas de laurel)
Otra rama de tomillo fresco

1 vaso de vino rancio 

1 dedo de brandy o coñac

Agua mineral

MANTECA DE CERDO

1 cucharadita de harina (de las de café)

Sal

Manteca de cerdo

Sazonar el pollo con sal.

Trocear las butifarras. Las he elegido sazonadas con pimienta y ese condimento se va a notar en la salsa. Si le queréis poner otra carne como por ejemplo magra o costilla de cerdo, salpimentar antes.

Encender el horno a 180ºº.

Colocar los tomates cherry en una bandeja para horno, no muy grande. Condimentar con manteca de cerdo, sal y hojas de tomillo fresco. Cocinar hasta que estén dorados.

Retirar del horno y reservar.

Poner manteca de cerdo en una cazuela amplia y dorar el pollo a fuego medio. Tomaros tiempo porque tiene que hacerse bien por dentro. Cuando lo tengáis dorado, reservar y hacer lo mismo con las butifarras troceadas.

Dar un golpe a los dientes de ajo, sin pelar, para que se aplasten. Sofreír en la misma cazuela. Retirar y reservar los ajos y la butifarra.

Mientras tanto, pelar las cebollas. Dejar las pequeñas enteras y cortar a brunoise la de cocina.

Para hacer el sofrito he utilizado la variedad “Figueras” de sabor suave y con una gran proporción de agua, si vais a usar una más consistente quizá os sobre cantidad y con 200 g tengáis bastante.  

Poner las mini cebollitas en un cazo con la manteca de cerdo y un poquitín de sal. Dejar que se cocinen a fuego muy suave hasta que las veáis blanditas y hayan cogido color. No las mováis con ningún utensilio, simplemente ir moviendo el cazo con un ligero vaivén de vez en cuando para que no se peguen. (son sumamente delicadas y se rompen si se las trata con brusquedad). Cuando estén hechas reservar.

Cebollitas francesas

En la misma manteca utilizada en el sofrito de la carne, sofreír a fuego lento las cebollas de cocina. Condimentar con sal. Tapar y cocinar, a fuego lento, hasta que tomen un color oscuro. Sacar de la cazuela  a un vaso turmix y triturar.

En los restos de grasa que queden en la cazuela, tostar una cucharadita de harina. A continuación echar el vino rancio y el brandy.  Reducir para que se evapore el alcohol.

Añadir de nuevo a la cazuela las cebollas trituradas y 3/4 de vaso de agua mineral. A continuación Introducir el pollo. Cocinar hasta que la carne esté tierna.

Cinco minutos antes de apagar el fuego, incorporar al guiso la butifarra reservada.

Las butifarras

Cebolla caramelizada

 Recomendaciones para que el plato salga perfecto.-

- Todo el guiso se hace a fuego lento.

-  Dorar el pollo a fuego medio para que se haga por dentro sin que se queme por fuera

-  Debemos escoger un pollo muy tierno.

- Se puede prescindir de la harina, puesto que lleva bastante cebolla, pero la he utilizado para ligar un poco la salsa. No obstante mejor no aumentar la cantidad de esta porque la cebolla ya espesa lo suficiente.

- Si tenéis tiempo no le echéis el agua de golpe, añadir a medida que vaya consumiéndose. De esa manera solo le pondréis la que el guiso necesite y lograréis que la salsa quede mucho más sabrosa.

- Hay que volver a calentar las cebollitas, el tomate y los ajos antes de emplatar

- Servir muy caliente.

- Estos guisos están mejor de un día para otro, o con algunas horas de reposo.