Crema de marisco con arroz

Este es un plato de aprovechamiento que surgió, de manera casual, al sobrar langostinos que habíamos comprado en casa para hacer a la plancha. Añadir arroz fue todo un acierto, hace que la crema tenga un sabor mucho más fino.

Ingredientes para 6 personas

1/2 kg de langostinos

2 cebollas de figueras medianas (o cebolla roja)

1 puerro grande (solo la parte blanca)

2 tomates maduros pequeños

1 zanahoria grande

50 ml de vino blanco de mesa

100 g de arroz (o 75 g si la queréis menos espesa)

2 l. de caldo de pescado casero

4 cucharadas de nata líquida

Cebollino picado

Aceite de oliva

Aceite de oliva virgen extra
Pimienta blanca

Sal

Sazonar los langostinos con un poco de sal y saltear. ligeramente, en una sartén.

Pelar la mitad de ellos y reservar todos.  Guardar las cabezas.

Cortar la cebolla y el puerro en brunoise. Pochar sin que coja color.

Añadir los tomates, pelados, despepitados, y cortados  a trozos pequeños. Rehogar unos minutos, sin que coja color pero que no quede crudo.

Pelar e incorporar la zanahoria cortada a rodajas. Condimentar con un poco de sal y pimienta. Cocinar tapado, a fuego muy lento, hasta que se ablande.

Echar a la cazuela la mitad de los langostinos enteros (sin pelar), y las cabezas reservadas. Añadir el vino blanco. Cocinar hasta reducir por completo el alcohol.

Cuando el vino se haya evaporado ya podéis añadir el arroz y un litro y medio de caldo de pescado. Reservar el otro medio. Cocer durante 17/20 minutos (según indique el envase del fabricante).

Cuando el arroz esté tierno, triturar con la batidora y pasar por el chino para obtener una crema fina. Es mejor triturar la crema en dos veces e ir añadiendo, poco a poco, el caldo de pescado que teníamos reservado para ir diluyendo la crema hasta donde sea necesario. Elegir la textura que más os guste.

Sé que al llegar a éste paso os vais a acordar de mi, porque el aspecto que tiene antes de colar no es muy estético que digamos. ¡Paciencia! Tened fe...

Una vez haya pasado todo por el colador chino, el resultado no puede ser más bueno. El resultado es una crema suave y muy agradable al paladar. 

Rectificar de sal y añadir la nata para refinar el sabor.

Servir bien caliente con algún langostino de adorno, cebollino picado, y unas gotas de aceite de oliva virgen extra

He envasado la crema sobrante y la he guardado en el congelador. Siempre va bien tener algún plato a punto para las cenas o las comidas rápidas.