Me apetecía hacer este plato en pequeñas porciones en lugar de optar por el tamaño familiar. Creo que la receta bien se merece un a parte porque, aunque su preparación es sencilla, la combinación de todos los sabores es perfecta.
Para el ingrediente principal, la patata, debéis escoger una variedad de calidad y textura harinosa. Mejor que la cebolla no pique y los champiñones sean bien frescos para que resulten crujientes después del salteado de los mismos.
Como contrapunto he elegido una panceta curada al natural envuelta en pimienta negra. En lugar de aceite he utilizado mantequilla, creo que las cebollas caramelizadas con mantequilla tienen un plus extra de sabor que las hace mucho más suaves y apetecibles.
Ingredientes para 6 personas
800 g de patatas
500 g de cebolla (de verdeo, tipo Figueras etc.)
12 champiñones medianos
3 lonchas de panceta curada
200 g de mantequilla
Nuez moscada (opcional)
Aceite de oliva
Pimienta negra
Sal
Separar las cebollas del tallo y lavar. Secar y quitar la fina capa de piel que las envuelve (si son de verdeo). Cortar a juliana fina.
Poner a calentar, a fuego mínimo, 100 g de mantequilla con un chorrito de aceite, para evitar que la mantequilla se queme. Sin que hierva introducir las cebollas y tapar. Confitar a fuego muy lento condimentadas con sal.
*La cebolla de verdeo, de Figueras, o de Fuentes... ya son dulces de por si. En otras variedades se puede añadir una chispita de azúcar para un mejor caramelizado.
*La cebolla de verdeo, de Figueras, o de Fuentes... ya son dulces de por si. En otras variedades se puede añadir una chispita de azúcar para un mejor caramelizado.
En la fotografía no se aprecia pero he tenido que retirar las cebollas del fuego porque ya empezaban a pegarse entre si mediante finos hilos de caramelo.
Cortar la panceta al través a tiras finas y saltear en sartén con unas gotas de aceite.
Cortar la panceta al través a tiras finas y saltear en sartén con unas gotas de aceite.
Quitar el pedúnculo a los champiñones. Limpiar con un trapo la tierra, si la tuviera, y cortar a láminas finas. Saltear en la misma sartén donde se ha cocinado la panceta (Deben quedar ligeramente al dente). Condimentar con un poco de sal.
Mezclar la panceta y los champiñones. Reservar.
Mezclar la panceta y los champiñones. Reservar.
Pelar y cocer las patatas al vapor. Si no tenéis vaporera hervir las patatas con piel. Pelar en caliente y aplastar con un tenedor, o pasa purés, sin dejar que se enfríen.
Si las patatas enfrían antes de poderlas trabajar se vuelven gomosas.
Condimentar con sal, pimienta negra, y mantequilla a trocitos, que iréis incorporando según ésta se vaya absorbiendo (aprox. unos 25 g). El puré debe quedar con una textura fina pero firme.
Podéis rallar un poquitín de nuez moscada sobre el puré de patata, pero siempre sin pasarse.
Introducir el puré en un molde untado con un poco de aceite para que no se pegue y coja forma. Dejar reposar a temperatura ambiente una media hora.
Calentar una sartén amplia con unas gotas de aceite. Dividir el puré en cuadrados. Sacar las porciones con cuidado para que no se rompan. (La espátula os irá genial para hacerlo). A continuación dorar por los dos lados a fuego medio para que de tiempo a calentarse por dentro.
Colocar los pastelitos de patata en el plato y encima una buena cucharada de la cebolla confitada alternando con otra de champiñón y panceta, previamente calentado todo en la propia sartén donde lo habíamos reservado (o un golpe de microondas). Servir inmediatamente.
Para acompañar nada mejor que una ensalada verde bien aliñada con una vinagreta de frutos secos.
Alba que ricura de pastel , a mi la cebolla caramelizada me encanta y la verdad es que da un toque a los platos tremendo
ResponderEliminarbesinos
Tienes razón, son unos sabores que combinan muy bien, me encanta la cebolla caramelizada para muchos platos, aunque yo nunca la he hecho con mantequilla, pero es que el sabor del aceite de oliva me encanta.
ResponderEliminarBesos.
Cocino con aceite de oliva todos mis guisos. Los de sabor suave acompañan y aportan sabor a cualquier plato. Pero, en serio, la cebolla confitada con mantequilla hay que probarla.
EliminarY una idea. Se pasa por la plancha bien caliente, vuelta y vuelta, unos filetes de hígado de ternera condimentados solo con sal. Y se introducen en la sartén unos cinco o seis minutos antes de que la cebolla termine de confitarse. Se deja de un día para otro. Luego se sirve con un puré de patatas casero. Y para qué te cuento lo rico que está. Y eso que yo soy poco de casquería, pero ese plato me encanta.
Según te he ido leyendo se me ha hecho la boca agua , tanto por el pastel como por la cebolla confitada queme la como a cucharadas sin mas jajajaja.....
ResponderEliminarMe gusta la idea delas porciones , de lujo total Alba !
Besinos.
Cómo me ha gustado esta delicia querida Alba, las patatas me fascinan de cualquier manera, pero esta no la conocía, excelente!! Besos
ResponderEliminarMuy original tu receta, la probaré, bssssss.
ResponderEliminarNo dudo lo mas minimo este de muerte relenta no hay mas que ver las fotos e ingredientes ,es una pena no poder meter la mano por que daria buena cuenta de ese plato ,no deja de decirme comeme.
ResponderEliminarBicos mil wapa.
Hola Alba. Una combinación perfecta la que nos presentas. Patata, cebolla, champiñón y panceta, ingredientes que convierten al plato que has preparado en un lujo sin excepción. Además la idea de presentarlo en forma individual hace que gane más aún. Una presentación estupenda que hace que la vista recorra cada una de las fotos y que la imaginación vuele para conseguir al menos de forma virtual saborear esta delicia. Sin duda, exquisito.
ResponderEliminarUn abrazo