Las lluvias de finales de agosto han permitido que en el mercado aparecieran las primeras setas de temporada y a la vez, como no, los caracoles. Aunque ya podemos comer este molusco todo el año gracias a que existen numerosas granjas donde los crían (e incluso congelados o en bote) no sé por qué mi memoria registra que es a finales de agosto cuando hay que comerlos. Será quizás el recuerdo de mis veranos en Badules (Aragón) cuando tras las tormentas que nos sorprendían a media tarde corríamos al campo a buscarlos como si de ellos dependiera toda nuestra alimentación.
Las caracoladas en familia son muy típicas en Cataluña. De todas las variedades que existen el caracol "Bové" es mi preferido. Tiene muchísima más carne que los demás e incluso diría que también es más fina. Por su tamaño y forma es ideal para hacer "A la llauna amb all i oli". Para cocinar en salsa valen prácticamente todos pero si tenéis esta variedad mejor que mejor...
Para hacer una tapa para 4 personas se necesita
600 g de caracoles Bové
1 kg de tomate de pera en su punto de maduración
150 g de cebolla
75 g de chorizo en taquitos
75 g de jamón en taquitos
2 hojas de laurel
Aceite de oliva
Sal
Mientras hierven los caracoles como os indico en el enlace prepararemos la salsa.
Vale la pena usar tomate natural en este plato por eso os lo recomiendo. Hacer una cruz con un cuchillo en el reverso de la piel de los tomates y escaldar en agua hirviendo dos o tres minutos. Escurrir, pelar, quitar las semillas y trocear bien fino. También lo podéis triturar.
Cortar la cebolla en brunoise.
Cortar el embutido a tacos pequeños y sofreír ligeramente en aceite de oliva. Reservar.
En la misma sartén sofreír la cebolla bien dorada. Añadir el tomate troceado y cocinar de nuevo hasta conseguir una textura de mermelada. Condimentar con un poco de sal, hay que tener en cuenta que el embutido lleva. Salar con moderación.
Añadir el embutido, los caracoles y las dos hojas de laurel del caldo. Remover y echar uno o dos cacillos del caldo de los caracoles. Reducir la salsa hasta que se empiece a pegar un poco a la cáscara de los caracoles.
Añadir el embutido, los caracoles y las dos hojas de laurel del caldo. Remover y echar uno o dos cacillos del caldo de los caracoles. Reducir la salsa hasta que se empiece a pegar un poco a la cáscara de los caracoles.
Están más sabrosos al día siguiente.
Qué bien preparados, te ha quedado una salsa deliciosa, sólo hay que verla para empezar a mojar pan!Un beso
ResponderEliminarInsisto mucho en que el tomate sea natural por esa razón, se nota la diferencia en todo.
EliminarUn abrazo,
Están buenísimos los caracoles, solo que me da mucha pereza dejarlos bien limpios y por eso los hago pocas veces.
ResponderEliminarPor las fotos se ve que te han quedado buenísimos.
Besos.
Los dejo en remojo un buen rato antes de empezar a lavarlos de ese modo van soltando todo lo que no está escrito jaja!..
EliminarComo digo, en el post del enlace, no hay que obsesionarse con la baba jamás la quitas toda.
Besos Ana,
A mi marido le encantarían.
ResponderEliminarohhhhhh ahora mismo me comía una tapita, con lo que me chiflan los caracoles
ResponderEliminar