Para esta ensalada he elegido una pasta multicolor de las muchas variedades que hay. ¿No os parece bonita? A mi me ha encantado.
Es importante que la pasta que utilicéis sea de calidad y que esté bien cocida. Elegir pasta de trigo duro. Cocerla en abundante agua hirviendo con un poco de sal, y seguir las instrucciones del fabricante en todo momento.
Para hacer 6 raciones he utilizado:
400 g de pasta de tomate, espinacas, y remolacha (Gigli)
1, 1/2 cucharada de orégano fresco de cosecha propia (su aroma y sabor son inigualables)
1, 1/2 latas de maíz dulce
2 huevos cocidos
1, 1/2 frascos (de los de cristal) de anchoas en aceite de oliva
2 dientes de ajo medianos
75 g de piñones
1 cucharada colmada de mostaza antigua (o la que más os guste, siempre que no pique)
5 cucharadas de vinagre de manzana
Aceite de oliva
Pimienta rosa
Cebollino
Sal
Primero vamos a preparar el pesto para tenerlo bien macerado cuando lo utilicemos.
Picar en el mortero uno a uno y en el siguiente orden: el ajo, los piñones, y 6 anchoas. Añadir la mostaza, y el orégano fresco. Mezclar bien y echar el vinagre para que se diluya todo. A continuación añadir el aceite de oliva. El suficiente para que el pesto se pueda remover sin dificultad.
Probar su sabor, antes de mezclar con la pasta, por si hubiera que rectificar algún condimento.
Es preferible no aumentar la proporción de mostaza porque se acaba apoderando de todos los sabores del plato.
A continuación cocer la pasta según el tiempo indicado por el fabricante. Escurrir bien y refrescar unos instantes bajo el grifo del agua fría. Dejar en un colador para que enfríe totalmente.
Ya sé que no es muy ortodoxo pasar la pasta por agua fría, abajo os explico por qué lo hago.
Cocer los dos huevos durante diez minutos, a partir del momento en que el agua empiece a hervir. Refrescar en agua fría, pelar y picar. Cortar las anchoas a trocitos, (solo utilicé dos por persona) dejando alguna entera para adornar.
Verter la pasta en un bol amplio y mezclar con el maíz, el huevo cocido, y las anchoas a trocitos. Añadir el pesto y mezclar hasta que la pasta quede bien impregnada.
Dejar reposar en la nevera. Hay que sacarla unos 10 minutos antes de servir para que se atempere un poco.
Una vez hayáis servido la pasta en el plato, añadir alguna anchoa entera. Condimentar con cebollino y pimienta rosa de molinillo.
Queda muy rica si se acompaña de algunos brotes verdes bien aliñados con aceite, vinagre, y sal.
Nota: Lo correcto, cuando cocinamos un plato de pasta, es hacer la salsa primero y luego añadir la pasta, a la salsa, inmediatamente después de haberla hervido. Como utilizo siempre pasta de trigo duro no la suelo pasar por agua fría, a menos que sea para ensaladas, donde necesito que me quede más suelta. No obstante, para evitar complicaciones, muchas veces indico que se pase por agua fría después de hervida.
Os sugiero que veáis el apartado de ensaladas del blog (en el índice) muchas de ellas se pueden tomar como plato único.
Como sustitutivo del cebollino podéis utilizar la cebolleta picada muy fina.
Se puede añadir tomate fresco picado.
Se puede añadir tomate fresco picado.
Un plato de pasta con una salsa buenisima ,me encantan los ingredientes que le pusiste ,estupendo
ResponderEliminarbesinos
Deliciosa pasta me encanta,saludos y abrazos.
ResponderEliminarHola Alba, ni que decir tiene que has preparado un plato magnífico , que rico por favor........saludos paco
ResponderEliminarMmmm! qué pinta más buena tiene este plato de pasta. Tienes razón en que la pasta es "socorrida" y agradecida pero en esta ocasión el aliño no es cualquier cosa. Bueno, bueno, el orégano casero, qué maravilla! Un beso, hermosa
ResponderEliminarPues si, hoy hemos coincidido en hacer un buen plato de pasta con diferentes recetas y es que la pasta como tú dices en una u otra receta contenta a todo el mundo.
ResponderEliminarEste pesto ha de estar muy, pero que muy rico, original para darle un sabor diferente al plato.
Besos.
Que rico este pesto de orégano!! me encanta todo lo que lleva, te lo copio. Besos
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