lunes, 16 de enero de 2017

Mermelada de limón






Con la cantidad de mermeladas que he hecho en mi vida y no tenía ni un solo post sobre ello. La primera que elaboré, hace muchos años cuando era casi una niña, era de moras. Por aquel entonces tenía cerca de casa unas zarzas que hacían unos frutos enormes. A finales de agosto o primeros de septiembre, dependía de si el verano hubiera sido seco o lluvioso, ya estaban en su punto de maduración para recolectarlas y allí que iba yo a buscarlas con mi cubito de playa. A veces habían tantas que me llenaba los bolsillos de frutos con el consiguiente enfado de mi madre. No veáis lo que sudaba la pobre para quitar luego esas manchas sin estropear el tejido de mis vestidos de verano.

 "Hacer mermelada requiere paciencia" me advertían. Bien que lo aprendí cuando tenía que pasar el resultado de la cocción por un cedazo para quitar las pequeñas pepitas de las moras. Pero no presenta grandes dificultades a pesar de las cincuenta mil cosas a tener en cuenta antes de meterse en faena.

Hay que seguir algunas normas muy sencillas, aunque no exentas de excepciones. Luego, con el tiempo, se aprende a resolver los pequeños problemas o particularidades de cada elaboración pero básicamente hay que tener en cuenta que de la calidad de la fruta depende el resultado final. El azúcar por si mismo no hace milagros.


Así que antes de nada quiero destacar algunos puntos que creo que son imprescindibles en este tipo de preparaciones. 

Primera norma - Está claro que las mermeladas surgen a partir del aprovechamiento de la fruta madura. Por lo tanto, a ser posible, utilizad fruta madura del tiempo que no esté pasada.

Segunda norma.- La cantidad de azúcar. En la preparación de mermeladas se suele usar el doble de fruta que de azúcar.

Si notáis que la fruta no es dulce (o no tiene sabor) añadid 100 o 150 g más. En el caso de que se use fruta muy agria, como es el caso de los limones o las naranjas amargas, dependerá del gusto de cada cual. Yo creo que la cantidad que he usado es la correcta, no aconsejaría de ninguna manera añadir más dulzor pero como bien dice el refrán, "Contra gustos no hay nada escrito"

Tengo que recalcar que la cantidad de azúcar se ha ido modificando con el paso de los años. Las primeras recetas que cayeron en mis manos indicaban que por cada quilo de fruta era necesario un kilo de azúcar. La cantidad de ésta ha ido disminuyendo a medida que el público ha ido teniendo más información sobre nutrición y salud. 

Tercera norma.- No la mantengáis en el fuego más de lo necesario porque pierde propiedades.

Aquí podréis leer una serie de recomendaciones muy acertadas que os resolverán cualquier duda que os pueda surgir si os animáis a hacer vuestra propia selección de mermeladas. Tengo que añadir que solo por probar adquirí en Alemania el "azúcar gelificante" al que se refiere la autora del post y considero que el limón o la manzana (con sus semillas) da a la preparación una consistencia más natural. 

Aquí podéis ver como preparar los frascos de vidrio antes de llenarlos.

¿Queréis conocer algunas curiosidades culinarias e históricas acerca de la mermelada? Aquí os podréis informar si lo deseáis.

Dentro de toda la extensa información que he podido encontrar no figuraba lo que me indicó la madre de una de mis amigas, experta en este tipo de elaboraciones. Me decía que una manera de evitar que entren bacterias, después del llenado, es elaborar un almíbar espeso y terminar de rellenar con él el pequeño hueco que dejamos entre la mermelada y el borde mismo del frasco. Luego se coloca un film encima y a continuación se enrosca la tapa. De ese modo ya sellamos el contenido y solo con el baño maría ya se conservan sin problemas. no es necesario poner los frascos boca abajo.

Yo no hago conservas para más de tres meses, pero he consumido mermelada hecha por otras personas, de un año para otro, en perfectas condiciones. Si algún frasco no está bien conservado el aspecto y el olor os lo hará saber, os lo aseguro.



A punto mi tercer cosechón de limones. El bizcocho con glaseado de limón también está muy rico.  ¿Os gusta el aceite de limón? ¿Habeís probado el lemon curd?.. No os perdáis tampoco el pollo marinado con limón a la brasa, por lo general no defrauda a nadie

.
Buena fruta, azúcar, limpieza, respetar los tiempos de cocción lo máximo posible y paciencia. 


Ingredientes

1,700 g de limones con piel = 1 Kg neto de fruta 
850 g de azúcar
La ralladura de dos limones pequeños


Empezaremos por lavar bien la fruta debajo del grifo del agua. Secar muy bien con  un trapo de cocina.

Rallar la piel de los dos limones. Usar la parte de agujeros grandes del rallador. 

Pelar todos los limones retirando la parte blanca. Tienen que quedar bien limpios.

Cortar la fruta por la mitad. Retirar el nervio central que sostiene los gajos de limón (con la tijera es más fácil). Cortar a trocitos.

Introducir la fruta, la ralladura y el azúcar en la olla donde la vayáis a cocer y dejad que macere unos treinta minutos para que el azúcar se disuelva.

Cocer a fuego medio durante 45 a 50 minutos, dependiendo de la cantidad de jugo de la fruta. En este caso he necesitado casi una hora porque los limones contenían mucho zumo.


Al final de la cocción y cuando todavía estaba tibia ya presentaba una buena consistencia. Si se sobrepasa el tiempo de cocción y veis que la preparación aparentemente está muy liquida, poned una cucharada de la misma sobre un plato o una superficie fría, si a los pocos segundo solidifica es que ya está lista.

Si habéis probado la mermelada de naranjas amargas os gustará esta porque es muy similar. Puede que algunas personas consideren que las mermeladas de cítricos son algo fuertes de sabor pero eso tiene fácil solución. Prescindir de los trocitos de piel de limón y añadir una manzana a cuartos bien limpia, pero con piel y pepitas, para aportar pectina a la preparación. Aunque la cuestión es que la mermelada conserve su esencia, que es el sabor del cítrico, con un ligero amargor.

Consejo: En tostada con una base de mantequilla está de muerte lenta de buena y suaviza mucho el sabor. La capa de mermelada no debe ser muy abundante, a menos que guste mucho, en mi opinión esta mermelada no es para comérsela a cucharadas.


La hubiera podido dejar tal cual, con los trocitos de fruta bien visibles, como se hace con la confitura pero al final le he dado la textura de mermelada con unos toques rápidos de turmix.

¡Toda vuestra!



4 comentarios:

  1. Tienes un limonero cargadito de limones, se nota que lo cuidas muy bien y te lo agradece con una abundante cantidad.
    Me estoy imaginando a tu madre cuando llegabas con los bolsillos llenos de moras, jejeje, para haberlo filmado.
    Me encantan los sabores cítricos y la mermelada de limón o cualquier postre hecho con ellos es una verdadera delicia.
    Besos guapa.

    ResponderEliminar
  2. Me encanta hacer mermelada, con limones suelo hacer el lemon curd así que tomo nota de esta receta que tiene muy buena pinta, Besos. Cosechón de limones!!

    ResponderEliminar
  3. Yo hice una vez mermelada de limones pero la encontré demasiado ácida, y el colorcito si era como la tuya.
    Leyéndote he pensado probar lo que nos aconsejas, añadir una manzana, me parece estupendo, yo de hecho lo hago cuando creo que la fruta que uso no va a espesar lo suficiente, la añado por la pectina y la verdad es que el sabor se suaviza.
    Gracias por las explicaciones!

    ResponderEliminar
  4. Hola Alba. He leído detenidamente esta entrada incluidos los enlaces y es que nunca he hecho mermelada, al contrario que tú jj.
    Y no he hecho porque me da mucho reparo la conservación.
    Pero disfruto viendo las que hacéis y también siento el no poder saborearlas porque desde luego deben estar deliciosas.
    La de limón no la he probado pero viendo el color que tiene la que has hecho creo que debe estar de rechupete.
    El limonero te ha sido muy agradecido jj. Estaba cargado de fruta.
    Supongo que a tu madre no le haría mucha gracia verte llegar con los bolsillos llenos de moras jj porque luego le tocaría lavar a fondo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Gracias por vuestros comentarios y observaciones. Todos y cada uno de ellos son bien recibidos, y tenidos en cuenta. Gracias también por tener la generosidad de transmitir a través de vuestros blogs todos esos conocimientos que me han sido tan útiles para mejorar, y seguir aprendiendo.
También mi más sincero agradecimiento a todos esos anónimos aficionados a la cocina que dedican parte de su tiempo a ver mis recetas. Espero que la visita les pueda ser de utilidad.
Un beso, y un abrazo grande a todos.