No deja de asombrarme como ha evolucionado la cocina tradicional en Cataluña y la capacidad que tienen los restauradores de mi tierra para conservar lo tradicional a través de los tiempos. No es que cambien los platos sino que los mejoran. Pero lo que es de admirar es que en Mura un pequeño pueblo situado en pleno corazón del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l´Obac (Bagués) se pueda encontrar una gastronomía local tan bien elaborada y con productos de calidad.
Un plato de montaña de toda la vida, originario de la Cerdanya, pero que se puede comer en muchos sitios de montaña es el trinxat de col y patatas. Hay que seguir un cierto protocolo para que salga bien pero sobre todo se tiene que hacer con los ingredientes adecuados. Es imprescindible la col rizada de invierno y el tocino blanco entreverado curado en sal. El tocino tiene que ser muy fresco si no puede estropear todo el plato. Ni que decir tiene que hay que elegir una buena patata, pero eso seguro que ya lo habréis adivinado.
Ingredientes del Trinxat para 4/6 personas
6/8 hojas tiernas de col rizada de invierno (la cantidad depende del tamaño)
1/2 k de patatas de calidad
150 g de tocino blanco entreverado curado en sal
Tocino curado en lonchas finas (1 o 2 por comensal)
3 dientes de ajo
Aceite de oliva virgen extra (opcional)
Sal (opcional)
En primer lugar hay que ir cocinando la col y las patatas. Yo lo hago al vapor porque al utilizar una col de sabor fino no queda nada fuerte. Además cocinando la col al vapor no necesito escurrir las hojas antes de hacer el trinxat.
Si preferís el hervido. Pelar las patatas y lavar bien las hojas de col. Trocear las patatas en cuatro o seis trozos. Es mejor dejar la hoja de la col entera, así luego podéis escurrir toda la humedad con las manos, pero si es necesario cortar todo el tallo del medio.
Cubrir de agua y cocinar hasta que las patatas estén tiernas. Yo no suelo añadir sal extra porque el tocino ya le aporta la suya. No obstante lo dejo a vuestro gusto.
Picar los dientes de ajo y cortar el tocino a dados muy pequeños. Sin añadir aceite, dorar a fuego medio el tocino y cuando veáis que se va a convertir en chichorretas añadir el ajo. Retirar del fuego para que se cocine con el propio calor de la grasa, de ese modo no se quemará.
Una vez hayáis escurrido la verdura y las patatas, hay que picar todo el conjunto. Se puede hacer con un utensilio de los que sirven para hacer puré de patatas, o bien picar todo con el borde de una cuchara. En cualquier caso no deben quedar trozos gruesos.
Añadir a la sartén y mezclar bien con el tocino y su grasa. Calentar y añadir sal si fuera necesario. Si notáis que se ha quedado corto de grasa le podéis añadir un chorrito de aceite de oliva virgen extra.
Reservar al calor.
En otra sartén sin nada de aceite, cocinar las lonchas de tocino curado hasta que estén bien doradas. Servir inmediatamente. ¡Sencillamente divino!.
Otro de los platos de la tierra que se pueden degustar en Mura son los garbanzos con butifarra negra gratinados. Ya los había probado en Camprodón, refritos en grasa de cordero y con orégano, pero éstos también me gustaron mucho.
Las legumbres preferidas para elaborar este tipo de platos son las de piel fina y muy tiernas. Son tan sabrosas que se pueden comer hervidas con un simple chorrito de aceite de oliva. Por eso no es de extrañar que las sirvan refritas o simplemente hervidas y que no siempre formen parte de un estofado o guiso. Los garbanzos, en este caso, eran ligeramente harinosos y muy dulces, los ideales para comer como guarnición o hacer en sartén.
Ingredientes para 4 personas
600 g de garbanzos
1 butifarra negra
3 dientes de ajo
Perejil fresco
Pimienta negra
Aceite de oliva o manteca de cerdo
Aceite de oliva o manteca de cerdo
Sal
Yo recomendaría cocer los garbanzos en casa siempre. Pero en el caso de que tengáis por costumbre utilizar los envasados aseguraros de que no sean duros por dentro. A veces el fabricante los deja algo enteros porque prevé que puedan ser utilizados para guisar. Si es el caso, escurrir el agua del bote y hervir de nuevo con una hojita de laurel y un poco de sal, durante unos diez minutos. Luego escurrir bien, porque para saltear en la sartén deben tener la menor humedad posible. Incluso los platos más sencillos tienen sus pequeños secretos.
Tengo que decir que en mi casa, este tipo de plato siempre se ha hecho con la grasa sobrante del rustido de pollo, pero con los ajitos también están súper ricos.
Machacar los dientes de ajo y las hojas de perejil en el mortero.
Cortar la butifarra a rodajas algo gruesas. Retirar la piel.
Escurrir bien los garbanzos. Saltear en la sartén con aceite de oliva hasta que notéis que cogen un poco de color. Añadir la picada de ajo y perejil. Saltear un minuto. Condimentar con la pimienta negra y Sazonar con sal.
Verter los garbanzos en una fuente para horno. Distribuir la butifarra negra por encima y gratinar hasta que se dore la butifarra. Podéis mezclar todo antes de servir, la butifarra se deshace y le da más sabor al plato.
Buenísimo como plato combinado, sobre todo después de una buena caminata por el pueblo y alrededores.
¡Qué aproveche!.
Tú lo has dicho, divino este trinxat claro que los garbanzos no se quedan atrás y la verdad es que después de pasear por tan bonitos lugares se apetece comer estos platos de toda la vida, acordes con el paisaje.
ResponderEliminarBesos.
La gastronomía está de moda gracias al auge que ha conseguido con los blogs, los programas de televisión y las redes sociales entre otros. Pero sin perder la esencia de las recetas de toda la vida que son la base de muchas de las que hoy se presentan como novedosas e innovadoras
ResponderEliminar¡Besos mil!
Muy rico Alba, en casa somos mucho de coles y aunque no lo llamamos trinxat, creo que es igual que lo hago yo. La presentación muy chula. Lo que no tengo es esa futifarra tan rica, la sustituyo por nuestra morcilla de arroz.
ResponderEliminarEl viaje estupendo, bonitas fotos.
Muy buena pinta. y muy buena presentación.
ResponderEliminarBesos guapi.